Las diseñadoras de la ciudad capean la
situación económica a base de talento, creatividad, tesón y rebajando
precios para atraer a más clientes.
El sueño de una niña que se hace realidad, una profesión que consume
muchas horas y desgasta la imaginación o un simple pasatiempo en el que
el color y el tejido son los protagonistas.
El diseño de moda y
complementos tiene un sentido diferente para cada una de las personas
que se sumergen en él. En Oviedo, quizás algo tapadas por las grandes
franquicias, se esconden varias diseñadoras que con mucho esfuerzo sacan
adelante sus proyectos. Lanzarse a la aventura de abrir un negocio
siempre es complicado, más aún cuando la idea es empezar de cero, siendo
difícil discernir entre pasión y negocio.
Cordera no dudó en abrir un negocio de lo
que más le gusta y para el que cree «tener aptitudes». Ahora, aun
manteniendo la tienda en Galicia, ha abierto una en Oviedo que ya lleva
casi un año. «Decidí volver aquí porque en Orense tenía muchas clientas
asturianas», asegura. Cordera es una mujer de hechos y con amplitud de
miras, de momento se plantea llegar a Europa e incluso a Asia. Cordera
asegura que le va francamente bien, aunque opina que en España «nos
queda bastante por aprender».
Ellas demuestran que con talento se puede sobrevivir a la crisis.
¡Adiós! :DD
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